Los instrumentos musicales siempre han existido, pero la música vocal dominó en
todas partes hasta el siglo XVI, siendo en este último cuando alcanzó su máximo a-
pogeo.
Los instrumentos musicales se han ido perfeccionando muy lentamente, debido a
que han sido considerados inferiores a la voz humana. Por lo que la música pura-
mente instrumental, artísticamente hablando, tardó en desarrollarse.
Los instrumentos, desde el principio de nuestra era, se limitaron a acompañar
o sustituir a las voces. Tal es el caso del órgano, que era destinado a acompa-
ñar los cantos dentro de la Iglesia; del Aud, que acompañaba a los Trovadores, la
Vielle y otros.
A pesar de ello, la Iglesia pronunció una condena durante los primeros siglos
del Cristianismo, en la cual unicamente se permitía el empleo del órgano. Tal po-
sición de la Iglesia pesó en la suerte corrida por la música instrumental, de con-
sagrarse al servicio exclusivo del arte profano de los Juglares, Goliardos, Minis-
triles, Trovadores, Minnesinger y Mastersinger, entre otros.
Puede afirmarse que tal consagración se empezó a distinguir a partir del siglo
XI. Además de acompañar el canto de los Trovadores y otros, los instrumentos in-
tervenían en la ejecución de las danzas, y, a veces, sustituían las voces en las
composiciones polifónicas.
Entre los instrumentos musicales que gozaron de gran popularidad, entre los si-
glos IV al XVI, figuran los siguientes: el órgano, el Aud, la Mandolina, el Salte-
rio, la Cítola, el Rabé, la Vihuela, la Guitarra, la Trompeta, la Lira, el Arpa,
la Flauta y la Vielle.

todas partes hasta el siglo XVI, siendo en este último cuando alcanzó su máximo a-
pogeo.
Los instrumentos musicales se han ido perfeccionando muy lentamente, debido a
que han sido considerados inferiores a la voz humana. Por lo que la música pura-
mente instrumental, artísticamente hablando, tardó en desarrollarse.
Los instrumentos, desde el principio de nuestra era, se limitaron a acompañar
o sustituir a las voces. Tal es el caso del órgano, que era destinado a acompa-
ñar los cantos dentro de la Iglesia; del Aud, que acompañaba a los Trovadores, la
Vielle y otros.
A pesar de ello, la Iglesia pronunció una condena durante los primeros siglos
del Cristianismo, en la cual unicamente se permitía el empleo del órgano. Tal po-
sición de la Iglesia pesó en la suerte corrida por la música instrumental, de con-
sagrarse al servicio exclusivo del arte profano de los Juglares, Goliardos, Minis-
triles, Trovadores, Minnesinger y Mastersinger, entre otros.
Puede afirmarse que tal consagración se empezó a distinguir a partir del siglo
XI. Además de acompañar el canto de los Trovadores y otros, los instrumentos in-
tervenían en la ejecución de las danzas, y, a veces, sustituían las voces en las
composiciones polifónicas.
Entre los instrumentos musicales que gozaron de gran popularidad, entre los si-
glos IV al XVI, figuran los siguientes: el órgano, el Aud, la Mandolina, el Salte-
rio, la Cítola, el Rabé, la Vihuela, la Guitarra, la Trompeta, la Lira, el Arpa,
la Flauta y la Vielle.

No hay comentarios:
Publicar un comentario